Los fenicios, primeros mercaderes del mundo, se sirvieron
del nuevo producto, descubierto a orillas del río Belus y al
establecerse en nuestro litoral balear, instalaron sus hornos vidrieros
durante el siglo II a. de J.C., siendo esta una de sus más valiosas
aportaciones de la cultura oriental.
LA FAMILIA GORDIOLA
La fábrica de vidrio Gordiola es una de las
marcas artesanas más antiguas de Mallorca.El historiador Sanchis
Guarner dice que se conoce con la denominación genérica
de VIDRIOS DE MALLORCA el conjunto de piezas artísticas, procedentes
de los antiguos Hornos de Gordiola que ha logrado, gobernada por sucesivas
generaciones, crear y producir en sus hornos, una colección inmensa
de vidrios, que repre-
sentan para nosotros, más de doscientos cincuenta años
de historia artesana.
Defino en esta forma los Vidrios de Mallorca por cuanto
no podemos concebirlos sin Gordiola, pues, aparte un reducido número
de piezas que corresponden a las ideas más primitivas que en
vidriería se concebían y que llegaron a nosotros gracias
a las reproducciones realizadas por el primer maestro,
todo cuanto en vidriería artística se conoce en Mallorca
se debe a Gordiola, entendiendo por tal el acervo histórico-artístico
que nos han legado siete generaciones de vidrieros que se sucedieron
en el tiempo y pertenecen a esta familia.
Cuentan los historiadores que en el año 1719,
procedente de la Corona de Aragón, se instaló en Mallorca
un joven vidriero que solicitó al Rey permiso para hacer un horno
para fabricar vidrio. Este horno solicitado por Blas Rigal, fue finan-
ciado por un comerciante catalano-aragonés llamado Gordiola.
Este fue el inicio de una larga saga de artesanos que durante casi tres
siglos han ido configurando una de las fábricas más internacionales
de la isla.
Bernardo y Gabriel Gordiola Manera siguieron la labor de sus antepasados
en la artesanía vidriería mallorquina a finales del siglo
XIX y principios del XX, pero la Primera Guerra Mundial y sus secuelas
económicas dieron al traste con el sueño de grandeza de
la fábrica de vidrio.
Durante la Exposición Internacional de Barcelona
de 1929, Gordiola volvió a su primitiva tradición, dejando
de lado la quimera industrial. En Barcelona, se reprodujeron los primitivos
vidrios que la tradición familiar había conservado.
En los últimos cincuenta años, el desarrollo artesanal
ha sido más vasto y sus vidrios están repre-
sentados en todos los continentes. En las Ferias de Utrech, Río,
Buenos Aires, Bruselas, New York,
etc. los éxitos han sido espectaculares por la originalidad de
las formas y la cromática de sus colores.
Gordiola, en los últimos lustros ha impuesto
su línea en la vidriería europea y es así, que
al encon-
trarnos de viaje, ya sea en París, Londres o en New York, se
deleitan en especial los mallorquines, frente al escaparate de una gran
"boutique" al tropezarse con el verde y dorado colorido de
una exhibición de vidrios de Mallorca.
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